viernes, 7 de agosto de 2009

Viaje: Peregrinos del rock'n'roll


El rincón resulta más bien anodino, pero unas 150.000 personas rinden aquí visita cada año. Tampoco importa que la placa que identifica su nombre halle el anonimato parapetada tras un árbol: los corrillos de turistas que, cámara en ristre, se turnan para posar en plena calzada claman a gritos que estamos en Abbey Road. El paso de peatones más famoso del planeta. Y uno de los objetivos favoritos del turismo express y de la peregrinación alentada por los mitos del rock.Apenas hacen falta unos minutos para emular el desfile de los cuatro Beatles sobre las rayas de cebra, aquella imagen tomada mañana hace 40 años para la portada del último disco que grabaron juntos (Abbey Road). Hoy es uno de los fetiches de la iconografía popular. Los retratistas y sus modelos consiguen derrumbar la proverbial urbanidad del conductor británico. No es difícil perder la paciencia al volante cuando, después de que un grupo dejaponesas bastante patosas haya logrado detener el tráfico, toma el relevo una pareja de brasileños mientras desde la acera unos estudiantes españoles se preparan para el asalto...
Los fotógrafos amateurs emergen de la estación de metro de Saint John's Wood, privilegiado barrio al norte de la ciudad, y caminan ocho minutos hasta llegar al codiciado paso de peatones.L
os turistas no suelen indagar en este universo ajardinado del barrio. Aquí viven famosos como Kate Moss, John Major y el mismísimo Paul McCartney, cuya presencia sólo
delata un discretísimo servicio de seguridad.
"Algunos de los que se apuntan al revival ni siquiera habían nacido cuando Lennon murió", explica el organizador del evento, Richard Port
er, quien lleva más de 20 años ejerciendo de guía de una ruta de aficionados a los Beatles. Abbey Road es sólo uno de los 467 lugares de Londres y alrededores que guarda relación con la banda.
Aquel 8 de agosto de 1969, los cuatro estaban ultimando los retoques de su nuevo álbum y, en un ambiente muy tenso que vaticinaba la inminente disolución, la foto de la portada era el menor de los problemas. Fue despachada en los 10 minutos que necesitó Ian Macmillan, amigo de Lennon y Yoko Ono, para tomar seis instantáneas encaramado a una escalera. Pasaría a la historia del pop como una de las imágenes más imitadas de todos los tiempos. Por otros músicos y hasta por personajes de Barrio Sésamo.
El público también se encaprichó del lugar. Al poco de salir el disco, el personal de EMI empezó a detectar cómo los peatones se apropiaban del cruce. Londres es proclive a las placas conmemorativas, pero el Ayuntamiento decidió colocar la correspondiente a una altura inalcanzable porque sus antecesoras fueron robadas sistemáticamente. La postal de Abbey Road es una de las enseñas del turismo pop, que en el caso de los Beatles se disemina por medio planeta, desde su Liverpool natal hasta la habitación 702 del Hilton de Amsterdam, donde John y Yoko pasaron su luna de miel.
En Saint John's Wood, las chapas y relojes que se venden a la puerta del metro son la prueba definitiva de que uno ha pisado por donde pisaron los cuatro
gigantes de la música. Aunque en el fondo no sea cierto, porque hace ya muchos años que el auténtico paso de cebra era desplazado unos metros hacia el este.


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